"De vuelta otra vez a la ciudad"

JESSICA SORIA LOPEZ -

ESTUDIANTE DE VETERINARIA

Comienzo este relato transcribiendo aquí mis primeras impresiones nada más terminar mi aventura, las que escribí en mi muro de una red social. Creo que en este escrito plasmo lo que ha supuesto para mí esta experiencia:

“De vuelta otra vez a la ciudad después de una de las mejores experiencias de mi vida. Hacer una parte de la vereda te hace aprender muchas cosas de la vida, que de otra forma, jamás aprenderías. Pasar estos días con Vidal, Urbano, Ismael y todos mis compañeros y compañeras, incluidas las dos profesoras, ha sido increíble. De cada uno de ellos me he llevado un pedacito y una enseñanza. Estos días he aprendido a levantarme con el rebuzno de “Problemas” y con las alegres canciones de Ismael, he comprendido otros modos de vida y he entendido que son parte de nuestra historia. También he aprendido que deberíamos hacer lo posible porque esto se conservase, ya que sin los pastores no somos nadie y se les tiene muy poco en cuenta. También he aprendido que lo mejor es vivir y dejar vivir, que la lumbre del pastor cuando se va es la mejor, que los guisos de Urbano en la leña son unos de los manjares más exquisitos que nunca podré probar, y, sobre todo, he aprendido que nunca jamás hay que infravalorarse, que quien quiere puede. Ha sido una experiencia para mí, a la que iba no muy segura de mis capacidades, pero ahora sé que con tesón y fuerza de voluntad se va adonde se quiere, y si encima vas acompañada de gente tan culta, interesante y llena de vida como los que me han acompañado en este viaje, es seguro que conseguiré mis objetivos.
En definitiva, me he quedado con ganas de más y por supuesto que el año que viene, repetiré, y si puede ser, me quedaré toda la vereda, ya que los 76 km caminados saben a muy poco si se hacen en tan genial compañía. Siempre guardaré estos días en mi corazón.” También comentaré aquí las sensaciones que me ha dado conocer esta forma de vida, cómo he sentido yo el presente y cómo considero que será su futuro. Hablando con los pastores que la llevan a cabo descubres que ahora mismo la hacen por necesidad, porque no pueden costearse el transporte en camión del número de animales que tienen, un transporte que según nos comentaron ascendería a unos 7000 u 8000 euros, cantidad que, tal y como están las cosas en el sector, supone un desembolso que pocos o ninguno están en condición de hacer. Es por esto que la realizan y no por ningún otro factor o compensación económica como creen algunos ciudadanos por ahí. No señores, no les pagan nada por mantener esta bella tradición, ya quisieran ellos y es que llevar un rebaño de 3000 ovejas desde Guadalaviar (Teruel) hasta Vilches (Jaén) no es nada barato, como ya he dicho antes.

En cuanto al futuro de la misma, pienso que debería ser una tradición que mantener, compensando de alguna manera (preferiblemente económica) a aquellos pastores que la lleven a cabo, tanto para que la mantengan, como para ayudarles a mantener a flote sus ganaderías, ya que como todo siga así, en un tiempo, se verá abocada a desaparecer, algo que no debemos permitir, porque todos en muchísimas ocasiones al día, necesitamos del trabajo de un ganadero para mantenernos con vida. Además pienso que la trashumancia de los ganados extensivos fomenta también el desarrollo rural en los terrenos en los que se crían estos animales, brindando mil oportunidades a los habitantes de estas áreas rurales. Un aspecto sociocultural importante de estas zonas, permitido por la trashumancia, es la pluriactividad y la diversificación de trabajos de los vecinos, por ejemplo, el desarrollo del turismo rural relacionado con la misma, cooperativas, museos (como el Museo de la Trashumancia de Guadalaviar), empresas de transformación (como queserías, embutidoras) y demás actividades de ocio relacionadas con el ámbito rural y la ganadería.

Aparte del ámbito rural, la trashumancia también ayuda a aspectos ecológicos como una manera de favorecer la biodiversidad mediante la endozoocoria y exozoocoria llevada a cabo por las ovejas: transportan semillas en lana, pezuñas, heces y las expanden durante todo el camino, fomentando así una rica diversidad vegetal. Referente al papel del veterinario en la gestión del ovino en esta forma de vida, tengo que decir que es más complicado de lo que en realidad puede parecer, ya que en España, en lo referido a enfermedades de declaración obligatoria, todas las Comunidades Autónomas no tienen el mismo estatus sanitario, y hay unas diferencias bastante grandes entre la zona norte de España y la zona sur a la que van estas ovejas a pasar el invierno, por ello hay que llevar a cabo campañas de saneamiento y profilaxis de enfermedades antes y después de salir de Aragón y de Andalucía. Esto llevó a un problema bastante grave cuando, hace unos años, salió un brote de Lengua Azul en Andalucía. Los ganados trashumantes que habían estado allí durante el brote tuvieron muchísimas dificultades para volver a entrar otra vez en Aragón, dificultades que sufrieron en igual medida los veterinarios responsables de las ADS. Tras estos breves comentarios quiero volver a reiterar la gran experiencia vivida estos días, las grandes enseñanzas recogidas, los consejos con los que me quedo y que me ayudarán a ser mejor persona. Todo esto, es algo que por mucho que quiera plasmar con palabras, es imposible de describir. La única recomendación que hago es que lo viváis, que la disfrutéis y que la deis a conocer, porque es la única manera de que esta preciosa tradición perdure en el tiempo.