El descenso de los precios de lana y piel complican la rentabilidad en el cordero.

La rentabilidad del cordero no sólo depende del precio al que se vende el animal destinado a sacrificio, sino que las cotizaciones de la lana y la piel tienen una importante influencia para determinar la rentabilidad que obtenga finalmente el productor. Considerados como ‘subproductos’ durante algunos años, el auge de los precios de ambas materias primas para la industria textil durante los últimos años ha provocado que hayan sido una importante fuente de ingresos para los ganaderos. Sin embargo, lo cierto es que el año 2017 está siendo negativo para los precios de estos productos.

En el caso de la lana, ya esquilada y en manos de los operadores del sector, se está produciendo un descenso en las lanas de mayor calidad, que son las procedentes de Merina. Así lo confirma Marco Antonio Calderón, director de Comercial Ovinos, la cooperativa española que más lana comercializa. “Se está observando una tendencia a la baja por efecto de la divisa, ya que el descenso del dólar está perjudicando el precio”, señala. La importancia de las exportaciones en este sector es clave, ya que las empresas textiles de China adquieren aproximadamente el 75% de la lana que se producen anualmente en España. Esos referidos descensos en el precio de la lana de Merina se concretan en un precio que en primavera se situaba en 2,30 euros por kilo, que ya ha bajado a 2,10 euros y que se prevé que baje algo más en las próximas semanas.

Por otra parte, la lana entrefina corriente ha bajado hace un mes de los 0,50 euros por kilo que tenía cuando empezó el año a 0,35 euros en la actualidad, según los datos que figuran en la Lonja Agropecuaria de La Mancha.

Por último, la evolución de la piel también se encuentra a la baja. En el caso de la categoría de ‘piel fina del país’, que es la que cotiza en la Lonja de Mercolleida y que es tomada como referencia por el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama). Su precio actual es de 5,75 euros por unidad, una cantidad alejada de los 9,25 euros por la que se vendía la piel en julio de 2016. Tomando como referencia finales del año 2013, el descenso puede considerarse prácticamente como traumático, ya que ha evolucionado de 16,75 euros por unidad a los citados 5,75 euros.