Antonio Molina Alcalá, del Departamento de Genética de la Universidad de Córdoba, presentó en las jornadas técnicas organizadas durante este año por la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Caprino de Raza Florida (Acriflor) la ponencia titulada ‘Nuevo programa de cría de la raza Florida: objetivos y criterios de selección’, en el que se desgranaron los aspectos funcionales en los que se está trabajando para la posible incorporación al programa de mejora de esta raza caprina autóctona.
El experto señaló en primer lugar que el objetivo es mejorar la rentabilidad de la explotación ganadera, tanto en la vía del incremento de los ingresos como de la disminución de costes. A este camino se puede llegar por diversas vías, como son la comercialización, la alimentación, la sanidad, el manejo, la reproducción o la propia mejora genética. Sin embargo, recordó que la mejora ambiental es muy rápida y puede ser espectacular, pero no se transmite a la descendencia y desaparece cuando cesa la causa que la creó. En cambio, la mejora genética es lenta, pero es duradera y se transmite. De todos modos, también afirmó que deben aplicarse conjuntamente para ser eficientes, ya que para que exista un progreso genético deben existir unas condiciones ambientales mínimas, mientras que la mejora genética permite a su vez que las mejoras ambientales tengan repercusión en el fenotipo.
Así, Molina Alcalá señaló los aspectos que pueden incluirse en la selección de la cabra Florida:
- Aptitud quesera. El extracto quesero no es un buen indicador, sino que es el porcentaje de caseína en leche, aunque es muy caro. De todos modos, se podría incluir en los datos ofrecidos por el Control Lechero Oficial y genotipar para los genes de las caseínas, especialmente alfa-S1 y kappa caseína.
- Características morfológicas. Trabajar con rasgos primarios de la calificación morfológica lineal y con otros índices morfológicos que se pudieran desarrollar.
- Fertilidad. Se utilizarían los datos de edad al primer parto, intervalo entre partos, días abiertos y días al parto.
- Longevidad. Existe una fuerte correlación positiva entre longevidad, vida productiva y productividad acumulada y su elevada variabilidad demuestra un amplio rango de actuación para su optimización. Además, no hay globalmente inconvenientes fisiológicos de las lactaciones largas y muy largas. Habría que definir el mejor criterio de selección: longevidad real (del nacimiento al sacrificio), vida productiva (desde el primer parto hasta el último secado), días en leche hasta una edad determinada, longevidad funcional o longevidad real o productiva.
- Prolificidad y supervivencia de las crías.
- Resistencia al estrés térmico. El ponente señaló que existe un claro componente genético de mayor o menor suspecptibilidad al estrés por calor, ya que las cabras que más producen son más susceptibles. Tampoco se debe olvidar al estrés térmico por frío, para lo que se debe definir un nuevo índice de confort térmico específico, teniendo en cuenta aspectos como la temperatura, la humedad y el viento.
Por último, el profesor de la Universidad de Córdoba señaló que a medio plazo empezarán a tener importancia objetivos relacionados con la resistencia a enfermedades, como tuberculosis, paratuberculosis y parasitarias. Sin embargo, a día de hoy no constituyen un objetivo claro o no se dan las circunstancias para poder abordarlos.
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