Septiembre es el mes marcado en el calendario de la fiebre catarral ovina o lengua azul como clave para una reactivación de la circulación del virus, ya que la disminución de las horas de luz y la llegada de la climatología más templada son las épocas más propicias para que tenga actividad el mosquito ‘Culicoides’, principal vector de la enfermedad.
Esta época de mayor actividad llega en un año 2019 en el que únicamente se ha declarado un foco de lengua azul en el territorio nacional, según los datos oficiales que ofrece a través de su página web la Red de Alerta Sanitaria Veterinaria (Rasve), organismo dependiente del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).
Ese único caso se confirmó a principios del ejercicio, en concreto el 17 de enero. El virus se encontró en una explotación ‘centinela’ ubicada en el municipio malagueño de Casares, que se encuentra en la comarca veterinaria de Estepona - Costa de Málaga. Desde entonces, prácticamente ocho meses de silencio epidemiológico.
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