El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) informó a finales del pasado mes de noviembre a la Oficina Internacional de Epizootias (OIE) de que se habían confirmado un total de 171 explotaciones afectadas por la enfermedad en las comunidades autónomas de Andalucía y Extremadura, como consecuencia de la entrada de la enfermedad en la península en el mes de octubre.
En Andalucía, los focos confirmados están en varios municipios de la provincia de Cádiz (Alcalá de los Gazules, Algar, Algeciras, Arcos de la Frontera, Barbate de Franco, Benalup, Benaocaz, Castellar de la Frontera, Conil de la Frontera, El Bosque, El Gastor, Grazalema, Jerez de la Frontera, Jimena de la Frontera, Medina-Sidonia, Paterna de Rivera, Prado del Rey, San Roque, Tarifa, Ubrique, Vejer de la Frontera, Villamartín, Zahara), en Málaga (Cartama, Casarabonela, Casares, Coín, El Burgo, Estepona, Gauchín, Istán, Mijas, Pizarra, Tolox, Vélez-Málaga), en Huelva (Almonte) y en Ceuta.
Por lo que respecta a Extremadura, los focos confirmados de lengua azul se distribuyen en las provincias de Badajoz (Badajoz, Cheles, Don Benito, Guareña) y Cáceres (Alcuéscar, Almoharín, Arroyomolinos, Benquerencia, Cáceres, Jaraíz de la Vera, Montánchez).
El diagnóstico del serotipo 4 del virus fue confirmado por el Laboratorio Nacional de Referencia, situado en la localidad madrileña de Algete, a través de las pruebas ELISA (método inmunoenzimático) y PCR (reacción en cadena por la polimerasa).
Las medidas de control instauradas por las autoridades españolas son: control de vectores invertebrados, sacrificio sanitario parcial, eliminación de los animales muertos mediante su transformación en plantas autorizadas según la normativa vigente, control de los desplazamientos en el interior del país y zonificación.