El virus de la lengua azul no sólo se está cebando con la cabaña ganadera andaluza, sino que está amenazando la inmovilización de miles de cabezas transhumantes de ovino y caprino que pastan en los montes de la comunidad. “Los ganaderos transhumantes no podemos movernos, el riesgo de contagio es muy grande”, indicó José Antonio Torres, que pasta con su ganado en la Sierra Morena jiennense y que ya ha tenido 60 bajas, según publica El País.
Torres participó este jueves en Jaén, junto a otros 200 afectados de toda la región, en la manifestación convocada por la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) para reclamar tanto a la Junta de Andalucía como al Ministerio de Agricultura un plan coordinado de vacunación ya para evitar un nuevo brote de la fiebre catarral ovina en primavera y una línea de ayudas directas que permita cubrir las pérdidas económicas causadas por las muertes, los abortos y otras secuelas, al igual que se hizo en el año 2008.
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