Con el fin de reducir la mortalidad de cabras y ovejas durante los períodos de más intensa sequía, los especialistas de la Estación Experimental de Pastos y Forrajes (EEPF) de la provincia de Las Tunas en Cuba aplican una sencilla, eficaz y sostenible tecnología, que gradualmente se extiende a las fincas ganaderas de la demarcación, según publica Tiempo 21.
Dicho método consiste en propiciar la reproducción de esos animales mediante campañas, teniendo muy en cuenta las peculiaridades climáticas del territorio, considerado el de menor promedio de lluvias en Cuba. Según han demostrado los investigadores de la citada institución, la época idónea para el apareamiento es de enero a abril, meses de plena sequía, para que los partos tengan lugar de junio a septiembre, cuando reina una situación ambiental más favorable.
De esa manera, las crías dispondrán de apropiadas condiciones para rebasar las primeras semanas de vida y desarrollarse normalmente, mientras que si nacieran en medio de la escasez de agua y alimentos, el riesgo de muerte para ellas y las reproductoras sería mucho mayor.
Aparte de una significativa reducción de la mortalidad en la etapa posterior al parto (más de un 40% en el caso de las crías), la estrategia por campañas disminuye el número de recién nacidos abandonados por sus madres y aumenta el peso al nacer y al momento del destete, además de posibilitar que los animales estén listos para el sacrificio en menos tiempo, lo cual incrementa la oferta de carne y favorece la economía del productor y la de la nación.
No obstante, los investigadores de la EEPF enfatizan la necesidad de crear adecuadas condiciones desde el año anterior, con vistas a que en la etapa de cubrimiento (enero-abril) los sementales y reproductoras dispongan de los aseguramientos necesarios, en cuanto a agua, alimentación, higiene, servicios veterinarios y manejo.
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