La enfermedad de la fiebre aftosa es una amenaza potencial para la viabilidad del mercado de exportación de ovejas de todos los países en el mundo. Los brotes previos de fiebre aftosa en los países desarrollados y los desafíos en el manejo de la bioseguridad en tierra indican la importancia de la bioseguridad en las granjas para controlar la transmisión de la enfermedad.
Con estos parámetros se realizó un estudio en Australia para analizar la bioseguridad en las explotaciones ovinas con el objetivo de evitar la introducción de la fiebre aftosa. El artículo ha sido publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science y está firmado por los siguientes autores: Jake Fountain, Robert Woodgate, Luzia Rast y Marta Hernández Jover.
El análisis de sensibilidad reveló que la introducción de una oveja infectada con fiebre aftosa era más influyente para la exposición a través de nuevas poblaciones que las prácticas de aislamiento. Se descubrió que compartir los límites adyacentes era el factor más influyente para la exposición y la propagación entre granjas vecinas y, en menor medida, las prácticas de higiene tenían la mayor influencia en la exposición y la propagación a través de los transportistas.
Para minimizar el riesgo potencial de introducción y propagación de la fiebre aftosa entre las explotaciones de ganado ovino, se debe mejorar el mantenimiento de las cercas, la identificación de los animales infectados antes de la introducción a la propiedad y las prácticas de higiene y desinfección. De esta forma, se ofrece la mejor prevención ante esta enfermedad que puede tener importantes consecuencias económicas.
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