Hasta que no llegue la época de verano, no se podrá saber si la enfermedad de la lengua azul continuará afectando a las explotaciones ganaderas de las provincias de Salamanca y Ávila. En estos momentos, “no hay focos declarados, aunque la enfermedad continúa latente”, según explicó Fernando Arroyo, técnico de la Junta de Castilla y León.
La problemática específica que se presenta a la hora de trasladar a los animales de una explotación a otra depende, en muchos casos, de la identificación que se tiene del ganado, por lo que la Consejería de Agricultura y Ganadería impartió ayer una jornada informativa, dirigida a estudiantes y ganaderos, sobre identificación animal, informa Ávila Digital.
En este sentido, Fernando Arroyo explicó que, además de ofrecer un resumen histórico de la normativa sobre identificación, también se quiere aportar datos de los nuevos procesos que van a afectar a los ganaderos a la hora de identificar a sus animales. A partir de junio de este año se implantará una nueva identificación en el ganado ovino, mediante el bolo ruminal.
La identificación, específica para cada tipo de explotación, es obligatoria y condiciona la solicitud de ayudas por parte de los ganaderos, así como la venta de los animales, ya sea en ganado vacuno, ovino o caprino.
La nueva normativa, que proviene fundamentalmente de la Unión Europea, puede crear “cierta reticencia” por parte de los ganaderos, pero “tiene el efecto positivo de controlar las posibles epizootias” y de facilitar la movilidad de los animales entre explotaciones, explicó Fernando Arroyo.