España está considerada libre de la fiebre del Valle del Rift, pero habida cuenta de la situación epidemiológica de determinados países del norte de África, en los que se ha confirmado la presencia de la enfermedad, y de las consecuencias económicas, sociales y sanitarias que podría suponer la entrada de la enfermedad, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha considerado necesaria la implantación de un programa de vigilancia frente a esta enfermedad.
El objetivo del programa de vigilancia será demostrar la ausencia de virus en la cabaña ganadera española con objeto de garantizar el mantenimiento del estatus sanitario de España como zona libre de esta enfermedad. Del mismo modo, será un instrumento para la detección temprana en caso de circulación del del virus que permita a las autoridades veterinarias dar una respuesta eficaz, mediante la adopción de las medidas pertinentes, para la prevención de su diseminación y erradicación de la enfermedad, además de comunicar la aparición de circulación vírica a las autoridades competentes en materia de salud pública.
El programa de vigilancia contará con dos componentes principales: una vigilancia pasiva basada en la notificación de sospecha por parte del sector ganadero o veterinario y un componente activo basado en muestreos serológicos de la población susceptible en el área considerada de riesgo.
La vigilancia activa tendrá como objetivo todos los animales de las especies de bovino y ovino situados en la zona de mayor riesgo de entrada y difusión de la enfermedad, que corresponde a las provincias de Cádiz, Málaga, Sevilla y Huelva, y las Islas Canarias.
En el caso de las cuatro provincias involucradas en la Andalucía Occidental, el programa de vigilancia activa se basará en la realización de un muestreo serológico anual llevado a cabo en la época de menor actividad vectorial en explotaciones de animales de las especies bovinas u ovinas de manera que se descarte cualquier evidencia de circulación vírica.
El muestreo deberá permitir la detección de una prevalencia mínima del 5%, con un nivel de confianza del 95%, lo que supone la toma de muestras en 59 animales centinela, que deberán tener una disposición espacial que garantice la cobertura de todo el territorio objeto de la vigilancia. Para ello, se seleccionarán, al menos, seis explotaciones por provincia, debiéndose elegir zonas con alta carga ganadera y con sospecha o presencia conocida de vectores capaces de transmitir el virus. Con objeto de aumentar la sensibilidad de la vigilancia, en la medida de lo posible, los animales seleccionados deberán ser animales adultos que hayan permanecido en la explotación al menos desde el inicio de la época de actividad vectorial ya que será esta cohorte de la población la que tenga un mayor riesgo de haber estado en contacto con el virus.
En el caso de Canarias, debido a su proximidad con Mauritania donde se ha detectado durante los últimos años circulación vírica, se llevarán a cabo dos muestreos serológicos aleatorios de bovinos y/u ovinos, de forma que se garantice detectar una prevalencia mínima de la enfermedad del 5% con un nivel de confianza del 95%. El primer muestreo se realizará en el mes de abril y el segundo en el mes de enero del año siguiente, es decir antes y después de la época de máxima actividad de los vectores competentes. Los animales seleccionados deberán ser prioritariamente animales adultos que hayan estado en la explotación o en las islas al menos desde la anterior muestreo, es decir, últimos seis meses cuando se inicie el programa de vigilancia.
Documento completo: https://www.mapa.gob.es/es/ganaderia/temas/sanidad-animal-higiene-ganadera/planvigilanciafvrrevision2020_tcm30-111191.pdf
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