La ganadería española necesita soluciones. Los costes de producción son cada día más elevados, principalmente por el encarecimiento de los piensos, de modo que la rentabilidad de las explotaciones ganaderas se ha desplomado en los últimos años. Dos investigadores del Departamento de Medicina y Cirugía Animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, Juan Sotillo y Cándido Gutiérrez, obtuvieron recientemente el prestigioso XIV Premio Cristóbal de la Puerta por un trabajo que puede aportar algo de luz a un futuro que se presenta algo sombrío. La idea que plantean es aprovechar los restos de ‘Posidonia oceanica’ que se depositan cada verano en las orillas de las playas mediterráneas para sustituir la fuente de alimento forrajero tradicional que se da a los rumiantes, la paja de cebada, según publica La Verdad.
El proyecto, titulado ‘Subproductos marinos en nutrición animal: utilidad de los arribazones de P. oceanica como fuente de fibra en ganado caprino de leche’, se ha realizado en conjunto con el equipo de investigación de Patología Animal de la Universidad de Santiago de Compostela y el CSIC de León, y también ha contado con la colaboración del Imida, de los ayuntamientos de San Javier y Cartagena y de la empresa Cespa-Ferrovial. El premio, dirigido a trabajos inéditos de interés sobre temas de ganadería de actualidad y de carácter técnico y práctico, se entregó dentro de las Jornadas 2014 de Rentabilidad Agraria, celebradas en diciembre en la sede de las Instituciones Europeas en Madrid.
La iniciativa busca contribuir a reducir los costes de producción a los que tienen que hacer frente los ganaderos, puesto que los forrajes (necesarios para aportar fibra y otros nutrientes a los rumiantes) son relativamente escasos en muchas zonas y, en ocasiones, sus precios elevados. El uso de la posidonia como sustituta de la paja o del heno permitiría reducir el valor de la dieta de los animales de manera considerable, lo que, a su vez, conllevaría un incremento de la eficiencia productiva de las explotaciones de pequeños rumiantes, sometidas a grandes presiones por los vaivenes de las cotizaciones de las materias primas.
En el caso de la Región de Murcia, los ganaderos no dependerían del aporte de fuentes forrajeras procedentes de otras comunidades, sino que se beneficiarían de un recurso natural y propio de su zona. Además, la iniciativa ayuda en la retirada de los restos de posidonia, que son masas de hojas en descomposición, que cada verano deterioran la imagen de las playas mediterráneas, lo que favorece el turismo, y que puede significar un considerable ahorro para las arcas públicas. Sin ir más lejos, el Ayuntamiento de San Javier, por ejemplo, tuvo que hacer frente en 2013 a un coste de 130.000 euros para deshacerse de los restos de posidonia en
verano. Las hojas que aparecen en la arena no pueden retirarse durante el invierno, puesto que ayudan a evitar la regresión de la línea de costa y a la regeneración de los arenales.
El proyecto, en definitiva, pretende aprovechar un recurso natural que en la actualidad es despreciado en la época turística, desde abril hasta septiembre, y que suponen toneladas de desechos que hasta ahora se incineran.
Las muestras de posidonia para la investigación se tomaron en La Manga del Mar Menor. Una vez recogidas, se procedió a su limpieza con agua destilada, se secaron al sol y se almacenaron. Una parte se envió al laboratorio del Instituto de Ganadería de Montaña del CSIC en León para su análisis químico. Las pruebas revelaron que la posidonia es apta para alimentación animal, puesto que es una buena fuente de fibra y de antioxidantes.
En concreto, se determinaron los niveles de distintos componentes para analizar su valor nutritivo. Al comparar los valores obtenidos de las muestras de posidonia con otras fuentes forrajeras comúnmente utilizadas, los resultados revelan que los niveles de ceniza, es decir, el contenido en minerales del alimento, fueron superiores a los registrados con la paja o el heno.
Los valores de lignina también fueron mejores que los de la paja, el heno o el ensilado (un proceso de conservación del forraje), lo que es especialmente relevante, puesto que corrobora el uso de la posidonia como fuente de fibra en rumiantes, al promover la salivación y masticación. Igualmente, se comprobó la digestibilidad del producto, utilizando cuatro ovejas de la raza Churra. Los datos muestran que la digestibilidad de ‘Posidonia oceanica’ es similar a la de la paja.
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