Unas 750 ovejas merinas sin esquilar han llegado este domingo al acueducto de Segovia desde la plaza Oriental de la ciudad para rememorar una tradición de tiempos inmemoriales, la trashumancia, que pretende reivindicar la calidad del producto segoviano frente al importado.
Bailes regionales, entrega del cencerro de oro al cantante de los Burning, y caldereta solidaria han completado las actividades de un domingo de tradiciones en el que se celebra la IV Fiesta de la Trashumancia, organizada por Segolechal.
Tras un recorrido de más de una hora por las calles segovianas los pastores acompañados de sus perros han realizado una espectacular exhibición para mostrar como se maneja y contiene el ganado.
Además, en torno a 1.000 personas han podido disfrutar de los más de 500 kilos de este guiso de cordero, servido en cazuela de barro propio de tierras castellanas, tras realizar un donativo de cinco euros destinados a Amref Salud África, una ONG dedicada a mejorar la salud de los habitantes del continente, según ha explicado el presidente de Segolechal, Kike Santana.
En Segovia todavía queda algún resquicio de esta práctica y es que ganaderos como Jesús María Valverde se resisten a abandonar siglos de tradición, "lo lleva en las venas y todos los años parte desde Escarabajosa de Cabezas (Segovia) con el fin de sentirse joven", ha contado Santana.
El Ayuntamiento, la Diputación Provincial y la Asociación de Cocineros también han querido apoyar esta iniciativa con un gran atractivo para vecinos y turistas.
Segolechal cuenta en la actualidad con 190 socios y 170.000 cabezas de ganado y aunque su presidente no cree que el sector esté en peligro día a día la asociación "lucha por defender la calidad de los productos de la tierra, que nada tienen que ver con lo que se importa de Francia, Italia o Nueva Zelanda".
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