Un ganadero riojano aseguraba que le habían robado nada menos que 123 cabezas de ganado, entre ovejas y corderos. Un buen montón de ovinos: 9.000 euros, traducido a dinero, sin contar los aperos que, decía, le habían robado también, según publica La Rioja.
El problema es que a los agentes del puesto de Casalarreina que empezaron a investigar el supuesto robo observaron que había muchas incoherencias en lo que decía el denunciante. Tampoco quedaba claro cómo habrían entrado los ladrones a la nave y, por si fuera poco, los agentes sospechaban que los libros de registro de la explotación ganadera habían sido manipulados: no había actividad propia desde, aparentemente, hacía más de un año.
Así las cosas, el robo ha pasado a ser una simulación de delito. Es un hecho grave: las penas de cárcel para este tipo de hechos van desde los 6 meses de hasta los 2 años de cárcel, dependiendo de la gravedad de lo falsamente denunciado, además de una multa.
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