El tejido linfoide asociado al intestino (GALT, por sus siglas en inglés) es el órgano linfoide más extenso del organismo. Está involucrado en la protección del hospedador frente a los agentes patógenos y en la maduración del sistema inmune postnatal. La microbiota del GALT actúa en el desarrollo y maduración de la inmunidad a nivel de mucosa intestinal y contribuye a la salud del hospedador colonizando las mucosas, evitando así, la entrada de los patógenos, jugando, por tanto, un papel importante en la exclusión selectiva de éstos. La dieta es un factor clave que afecta a la composición de la microbiota del tracto digestivo. Así pues, la dieta, la microbiota y la inmunidad están estrechamente conectadas aunque el conocimiento sobre los mecanismos que hay detrás de su acción conjunta es limitado.
Investigadores del Departamento de Sanidad Animal de Neiker, en colaboración con investigadores de la Universidad de León y la Universidad de Manitoba, acaban de publicar un estudio que muestra cómo los cambios en la dieta afectan a la composición celular del GALT, concretamente al número de células M y de macrófagos activados, indicando que la exclusión selectiva de patógenos se puede ver reforzada o limitada dependiendo de la composición de la dieta.
Estos hallazgos tienen interés tanto para animales de producción como para el ser humano pues abren las puertas a nuevas investigaciones dirigidas al diseño de estrategias de prevención o tratamiento de ciertas enfermedades, basadas en modificaciones en la dieta y/o microbiota.
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