El Potrero de Las Carreras, tradicional queso de la región argentina de Tafí del Valle (el más alto del mundo) se lleva fabricando con una receta única heredada de la orden fundada por San Ignacio de Loyola, desde 1718. “Nuestro queso se hace con una técnica traída por la orden jesuita desde la región de la Mancha, en España, con la única diferencia de que éste se hace con leche de vaca, y el original, con leche de oveja”, explicó a Inés Frías Silva, responsable de la empresa. El tradicional queso de Tafí del Valle tiene fama en todo el país y en el extranjero, y no hay turista que pase por allí sin comprarlo.
La producción de quesos se hace con la leche de 70 animales en ordeño, que rotan y cambian cada siete meses. La producción actual oscila entre los 65 y los 100 quesos diarios según la época del año, siendo el periodo de mayor productividad el que va de diciembre a marzo. La ventaja del queso, según explicaron sus fabricantes, es que es 100% natural, hecho únicamente con leche, cuajo y sal, y estacionado en lugares especiales de la estancia, de la misma forma en que se hacía en el siglo XVIII. Esto le aporta un gran valor agregado al producto, especialmente si se piensa en la exportación.
“Ahora estamos trabajando en la certificación de las buenas prácticas de producción, para luego entrar en el mercado exterior, donde tenemos muy buenas expectativas, por la aceptación que tiene el producto en los extranjeros que nos visitan en nuestra estancia”, comentó Frías Silva.