El Decreto 289/2011, de 30 de agosto, del Gobierno de Aragón, declara la trashumancia que tiene lugar en la Comunidad Autónoma como Bien de Interés Cultural. La define con meridiana claridad: “La trashumancia es el traslado del ganado en busca de pastos guiado por pastores y ganaderos, actividad que constituye una manera de vivir dentro de una economía de subsistencia tradicional en la cual la interrelación del hombre y el medio bioclimático es completa. Ese traslado del ganado, mayoritariamente ovino pero también equino y vacuno...) en diferentes niveles de estancia temporal (corta, media y larga duración) afecta a aspectos de la vida de los ganaderos, pastores y sus familias...”.
Así lo piensa Enrique Novales, jefe de Servicio de Recursos Ganaderos del Departamento de Agricultura del Gobierno de Aragón. “Hoy, trasladar el ganado supone un ahorro importante en su alimentación al no haber pasto suficiente en comarcas como La Hoya, Monegros o La Litera. Los ganaderos no tienen otro remedio que viajar a los puertos del Pirineo, en valles como Broto, Vio, Bielsa o Gistaín. También a las sierras de Albarracín o Maestrazgo, a las que regresan en verano los ganaderos de estas comarcas desde comunidades vecinas más al sur donde han pasado un invierno menos frío”.
Precisamente en este mes de junio se inician y completan los viajes del ganado del llano a la montaña, sobre todo ovino, y también de vacas nodrizas, aunque en mucha menor cantidad. Este año viajarán, en su mayor parte al Pirineo, casi 231.000 cabezas de ovino, procedentes en su inmensa mayoría (casi 221.000) de explotaciones aragonesas. Estas cabezas de ganado se reparten entre 754 movimientos perfectamente organizados y cuantificados desde el punto de vista sanitario.
Siguen llegando a la Comunidad Autónoma algunas expediciones de ganado ovino procedentes de otras comunidades autónomas, en concreto 31, en las que se agrupan cerca de 10.000 cabezas. En total, este año se producirán 785 movimientos de ganado a través de las vías pecuarias aragonesas y de camiones. Al final del periodo, 375 explotaciones aragonesas habrán realizado movimientos en dirección a los pastos.
Enrique Fantova, veterinario de Oviaragón- Grupo Pastores, entiende que es una práctica que está en retroceso por lo costosa y lo que significa de sacrificio personal, aunque la mantienen algunos de los ganaderos integrados en esta entidad -con unas 430.000 ovejas asociadas- como es el caso de algunas explotaciones de la Jacetania, Sobrarbe y la Ribagorza que viajan a los puertos más cercanos. También se mantiene estos movimientos en algunas comarcas de Teruel.
Entiende Enrique Fantova que “la trashumancia, tal y como se ha entendido tradicionalmente, tiende a desaparecer a la larga. Más tarde o más temprano el transporte se realizará en camiones, modo que requiere la misma guía sanitaria con la única diferencia que hay que cumplir con las reglas de bienestar animal en el transporte”.
Novales está de acuerdo con Fantova en que la trashumancia tradicional está en vías de retroceso, como lo está, en general, la cabaña ganadera. Lo demuestra el hecho de que desde el año 2005 hasta hoy el número de cabezas de ovino haya pasado de 2,4 millones a 1,4 en el conjunto aragonés.
A pesar de todo, la Comunidad Autónoma de Aragón sigue siendo una potencia en ganado ovino o lanar, la cuarta del Estado español, solo superada por Castilla-La Mancha, Castilla-León y Extremadura. Cosa muy distinta es la cabaña de vacuno, que con unas 56.000 cabezas sitúa a Aragón es una posición discreta en el ámbito nacional.
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