La mastitis continúa siendo uno de las patologías que tienen una mayor repercusión en una explotación de ganado ovino y caprino de aptitud láctea, sobre todo por lo que se refiere a las mamitis subclínicas, para lo que es necesario un completo programa de control que incluya el control de la máquina de ordeño y la vacunación ante determinados patógenos. Tampoco se debe olvidar el tratamiento antibiótico en los animales enfermos. Raúl Martínez, técnico de Rumiantes de Laboratorios SYVA, ofrecerá en el FORO OVINO un completo análisis de los datos de sensibilidad antibiótica en pequeños rumiantes, con aquellos antimicrobianos que pueden ofrecer mejores resultados.
La prevalencia de mamitis clínicas en ovino lechero es normalmente baja, incluso por debajo del 5%. Por tanto, a priori debemos estar centrados en la repercusión de la mamitis subclínica de forma general. Sin embargo, la importancia de las mamitis clínicas, aparte de su tratamiento y control, diría que reside en el diagnóstico etiológico de los casos observados ya que es frecuente que sean el reflejo de lo que tenemos en el rebaño de forma subclínica. Sabemos por ejemplo que en el caso de aislados de S. aureus procedentes de ovino y caprino, no se encontró asociación entre genotipos de cepas causantes de mamitis clínica o subclínica, demostrando que los mismos linajes son responsables bien de mamitis clínica o de mamitis subclínica.
De forma general, el diagnóstico etiológico de los patógenos causantes de mastitis en rumiantes es crucial para los programas de calidad de leche. Las diferencias que presentan en epidemiología, formas de transmisión, contagiosidad y repercusión clínica y productiva nos sirven para diseñar las estrategias de control. Las bacterias relacionadas con las infecciones mamarias en el ganado ovino son bien conocidas por los técnicos, aunque es preciso tener en cuenta las distintas prevalencias observadas en procesos clínicos y subclínicos. En las mamitis clínicas destacaríamos mycoplasma spp (considerando la mamitis vinculada a la agalaxia contagiosa como parte del proceso sistémico), S. aureus y SCN (estafilococos coagulasa negativos) como los principales actores. A nivel subclínico, el grupo de SCN es el más representativo, seguido de S. aureus y menor medida mycoplasma spp.
Cualquier programa de control de mamitis debe tener en cuenta dos aspectos fundamentales: la curación de las infecciones existentes y la prevención de nuevas infecciones. Las medidas más eficaces relacionadas con la curación pasan por el tratamiento antibiótico en el periodo de secado, así como la eliminación del rebaño de ovejas con infecciones cronificadas. Para evitar nuevas infecciones, las medidas se basan sobre todo en el manejo, teniendo en cuenta que la mayor parte de puntos críticos se relacionan con el trabajo en sala de ordeño, como las rutinas de ordeño adecuadas (incluyendo la desinfección de pezones) o el mantenimiento de la máquina. Por supuesto, la densidad de animales y el estado de las camas tienen influencia directa sobre la calidad higiénica de la leche. La vacunación frente a M. agalactiae y S. aureus contribuye a la reducción de signos clínicos y por tanto a disminuir las repercusiones económicas en la granja. A medio-largo plazo, la selección genética de animales más resistentes a las mamitis, en base a los RCS (recuento de células somáticas) en animales individuales, permitirá avanzar aún más en el control de la enfermedad.
Si hablamos del tratamiento de mamitis subclínicas, el periodo más adecuado para la aplicación de antibioterapia es el secado; lógicamente los criterios para su aplicación dependerán de valores de RCS en tanque, los patógenos presentes en el rebaño (staphilococcus spp., mycoplasma spp, etc…) así como la sensibilidad antibiótica de dichos patógenos. Por otro lado, a nivel individual es interesante disponer bien de RCS individual, bien de datos de CMT (california mastitis test) para determinar los candidatos al tratamiento. En cualquier caso, siempre deberíamos tener en cuenta que la prescripción de antimicrobianos como terapéuticos es incuestionable y obligatorio cuando estamos ante animales enfermos por infecciones bacterianas.
A estas alturas, quien más quien menos, conoce las implicaciones que tiene el nuevo marco legislativo para los medicamentos de uso veterinario, en virtud del reglamento UE 2019/6, con especial énfasis en el uso prudente de antibióticos desde las distintas campañas informativas previas hasta su entrada definitiva en vigor en 2022. El problema real surge en la manera de aplicar las recomendaciones sugeridas a la práctica clínica diaria del veterinario, y ese es uno de los puntos clave a abordar por parte de los distintos sectores de la ganadería, en particular con los pequeños rumiantes que ya parten de una situación de vacíos terapéuticos más que evidente. En este FORO 2023, compartimos los datos de sensibilidad antibiótica de los últimos años recopilados por SYVA en ovino y caprino lechero. La evolución de las resistencias a los distintos grupos de antimicrobianos va vinculada al uso como metafilaxia de algunos antibióticos como macrólidos o aminoglucósidos, sobre todo en granjas con antecedentes clínicos de mycoplasma spp. Sin embargo, a diferencia del bovino de leche, las resistencias frente a beta-lactámicos de primera elección son menores, constituyendo una buena herramienta disponible en muchas situaciones.
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