“La conexión de los rebaños tiene que ser en el espacio y en el tiempo”. Esta es una de las conclusiones más importantes que expuso Maria Ángeles Jiménez Hernando, genetista del Departamento de Mejora Genética del INIA, en su charla ‘Inseminación Artificial (IA), herramienta indispensable en la mejora genética’, que tuvo lugar en el salón de actos del Edificio Pastores previo a la realización de la Asamblea Anual de la UPRA.
Jiménez Hernando hizo hincapié en la conexión genética, puesto que la valoración en prolificidad de los machos del programa que están en los centros de inseminación de Movera (DGA) o El Chantre (DPT) nos la dan sus hijas obtenidas mediante inseminación artificial.
“Hay que ir renovando las inseminaciones en los rebaños. Un rebaño que nunca ha inseminado o que no insemina en el programa desde el año 2005 y deja de inseminar, pierde la conexión con el resto de los rebaños del programa. Hay que ir renovando la conexión y renovando los machos mejorantes”, señaló.
La ponente incluyó los buenos resultados obtenidos en el programa, así como ejemplos de ganaderías concretas del mismo, que demuestran que la utilización de los datos para la mejora es una inversión siempre retornable para la ganadería, obteniendo más corderos con los mismos animales y en el mismo tiempo.
Como ejemplo claro de esta mejora, hizo referencia a la prolificidad de los partos de todas las ovejas (n= 608.722) del programa en el último catálogo (30°Catálogo de Reproductores UPRA- septiembre 2023) que está en 1,38 corderos/parto; de estas las que son hijas de inseminación artificial (n= 30.008) están con 1,60 (+0,22 corderos por parto) y las que son portadoras de la variante ROA (n= 29.738) 1,74 (+0,36 corderos por parto).
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