Entrevista a Miguel Ángel Sanz Franco, técnico de pequeños rumiantes de HIPRA

Miguel Ángel Sanz Franco.

Los abortos en las explotaciones ovinas nos hacen perder partos, con lo que se incrementan los periodos improductivos de los animales. Es difícil cuantificar las pérdidas económicas pues hay muchos factores que influyen. En el semanario que vamos a hacer en el FORO OVINO este año, presentaremos una hoja Excel con la que a través de cuatro parámetros que alimentamos con unos datos sencillos, podemos calcular el coste aproximado de un aborto en cada explotación. Por dar unas cifras, en ovino de carne puede estar entre 90 y 120 euros, y en ovino de leche puede estar entre 180 y 300 euros o más, dependiendo de la producción de la granja.

El control de los abortos en las explotaciones sólo pasa por la prevención. La prevención la tenemos que basar en la bioseguridad externa, la bioseguridad interna y la vacunación. El cumplimiento de un programa de vacunación adecuado es fundamental para reducir el porcentaje de abortos en la granja. Y debemos de evitar el uso de antibióticos para el control de los abortos, y sobre todo nunca usarlos como preventivo.

Nunca va a haber cero abortos en la explotación. Además, hay que saber que no todos los abortos son infecciosos. Hay abortos mecánicos por golpes, abortos metabólicos o por tóxicos. Pero está claro que, cuando tenemos más de un 4% de abortos al año, indica que hay algún problema en la granja.

Que se ponga en manos de su veterinario. Que hagan un buen diagnóstico de cuál es el problema y en qué situación nos encontramos. Cada vez hay más situaciones en los que hay varios agentes implicados o hay algún otro factor que nos agrave el problema, por ejemplo, un problema de toxemias subclínicas.

Para que el veterinario haga un adecuado diagnóstico del problema de abortos, es muy importante recoger cuánta más información mejor: en qué momento y como se están produciendo los abortos, qué porcentaje de animales lleva abortados, el histórico de abortos en la explotación… Además, es necesario recoger muestras de los animales abortados y apoyarnos en el laboratorio para ver qué agente o agentes infecciosos tenemos presentes. No es fácil, pues hay que saber qué tipo de muestras hay que coger en cada ocasión, dependiendo de lo que sospechemos y de en qué momento del problema lleguemos. Los veterinarios saben cómo actuar en cada situación, para llegar a un diagnóstico adecuado con toda la información que recogen en cada caso.

A finales del año pasado hicimos una encuesta a veterinarios y ganaderos. Participaron 99 veterinarios y 116 ganaderos. Cuando le preguntamos a los veterinarios cual creían que era la principal causa de abortos, el 83% contesto que era clamidia. Y cuando les preguntamos que, si pensaban que había alguna explotación libre de clamidia, el 78% pensaban que no. Otro dato curioso que sacamos de la encuesta es que el 24% contestó que la segunda causa de abortos era salmonella.

Al seminario de abortos en el FORO OVINO hemos invitado al profesor Jesús Salinas Lorente, catedrático de Sanidad Animal en la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Murcia, para que nos explique cuáles son las mejores medidas de prevención para su control. Nos ayudará a entender a las clamidias, pues es un agente complicado. Para poder controlarlo, lo primero que debemos saber es cómo se comporta, para poder actuar en consecuencia. El aborto clamidial también se denomina aborto enzoótico. Esto quiere decir que es de actuación en un determinado territorio, por causa o influencia local. Esto nos indica que es muy contagioso y se extiende fácilmente. Y otra característica importante es que es autolimitante, lo que hace que su presentación no sea de forma continua, sino que se presenta por ondas cíclicas que vendrán determinadas por el equilibrio entre nivel de protección del rebaño y presión de infección. Esto hace que el ganadero tenga periodos de tiempo en los que no ve abortos, porque hay alto nivel de protección en los animales y baja presión de infección, pero cuando el nivel de protección baje, puede tener una tormenta de abortos. Cuando no ve abortos, el ganadero en ocasiones tiene la tentación de pensar que ya no tiene el problema, quita la vacunación, entonces baja el nivel de protección y esto hará que vuelva a tener abortos en los años sucesivos, pues bajará el nivel de protección del rebaño, subirá la presión de infección, con lo que en dos o tres años volverá a tener un brote.

Cuando viene la paridera y empiezan a abortar las ovejas, nos ponemos muy nerviosos. En este momento no sabemos si van a abortar dos o tres animales, o viene un brote y van a abortar más del 20% de los animales como ocurre en algunas situaciones. Ante esta situación podemos recomendar una ‘vacunación de urgencia’ a todos los animales de la explotación, lo que llamamos una vacunación en sábana, con una vacuna inactivada. Con esta medida, subiremos la inmunidad del rebaño para intentar disminuir abortos en esta paridera, pero sobre todo pensando en las siguientes parideras. Esta no es la indicación de la vacuna, pues las vacunas se deben de utilizar antes de tener el problema, pero ante una situación de urgencia debemos de intentar subir la inmunidad del rebaño cuanto antes, para intentar disminuir el problema cuanto antes. El uso de antibiótico en este momento al lote que este preñado y abortando en este momento es una opción que el veterinario puede valorar dependiendo de cada situación.

Ante un sector que cada vez es más profesional, no me cabe duda de que los ganaderos son más conscientes de los problemas sanitarios de las explotaciones, y de que la única forma de controlar las enfermedades es con bioseguridad, manejo y adecuados programas vacunales. Respecto a los abortos lo más importante es controlar las clamidias, pues erradicarlas no es fácil solo con estas medidas. Además, en el futuro habrá abortos por otros agentes infecciosos, con lo que deberemos investigar para desarrollar nuevas vacunas, que nos ayuden a su prevención y control.