¿Qué pasa con la calidad de estos forrajes? ¿Cómo va a influir en la ingesta o en la producción de leche de mis ovejas? ¿Cómo afecta la calidad al precio de cada kilo o al nivel de proteína del heno obtenido? Estas y otras preguntas fueron tema de conversación y debate entre los participantes en la jornada que tuvo lugar el pasado 30 de mayo en el municipio de Hecho, titulada ‘Importancia de la recolección de forrajes de calidad para una ganadería más rentable y sostenible’ dentro del proyecto Life Green Sheep, en el que participa Oviaragón.
Entre los conceptos más interesantes al hablar de calidad de forrajes para alimentación animal están la ingestibilidad y la digestibilidad, que indican cuántos kilos de un forraje va a ser capaz de consumir una oveja (ingestibilidad) y, de éstos, qué cantidad va a ser aprovechada (digestibilidad). Ambas cualidades determinan el valor relativo de un forraje (VRF), concepto que cada vez alcanza mayor relevancia a nivel nutricional y comercial para clasificar y monetizar los forrajes.
La calidad va a depender de la climatología, de la mezcla de especies en el pasto y también del momento en que se realice la siega. En ese momento es fundamental pensar en el estado óptimo de cada cultivo y no solo en los kilos que podemos obtener, pues recoger tallos lignificados puede diluir la calidad de los forrajes, reduciendo el valor relativo de los mismos.
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