La campaña de esquila en la raza ovina Lojeña encara su recta final con un balance marcado por diversos obstáculos que han complicado el desarrollo habitual de esta labor esencial para el bienestar animal y la gestión de las explotaciones ganaderas, según señala Rfeagas.
Uno de los principales problemas ha sido la disminución de efectivos en las cuadrillas de esquiladores, tanto autóctonas como foráneas. En el caso de las nacionales, la falta de relevo generacional está suponiendo un serio desafío para garantizar la continuidad de esta actividad especializada. Por su parte, las cuadrillas extranjeras, procedentes principalmente de Uruguay y Rumanía, tuvieron que hacer frente a problemas burocráticos que dificultaron su llegada y operatividad.
A esta situación se suma un factor climatológico adverso, ya que las lluvias continuadas al inicio de la primavera han obligado a retrasar la campaña, afectando la planificación de los ganaderos y obligando a reorganizar el calendario de esquileo.
“Pese a estas dificultades, la campaña ha seguido adelante gracias al esfuerzo y compromiso del sector, que una vez más demuestra su capacidad de adaptación ante los retos que enfrenta la ganadería extensiva”, señala Rfeagas.
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