Evitar la introducción de la enfermedad animal de la lengua azul en la región es el objetivo de las medidas de control preventivo que ha puesto en marcha el Gobierno de Canarias. Esta región y Baleares son las únicas del Estado donde no se han detectado casos de fiebre catarral ovina. De ahí que las acciones adoptadas por el departamento autonómico que dirige Domingo Berriel tienen como objetivo evitar la introducción de la enfermedad en las islas.
Ante la existencia actualmente de un nuevo marco epidemiológico relativo a la lengua azul, el Gobierno de Canarias ha optado por regular nuevas medidas sanitarias para disminuir el riesgo de que esta enfermedad entre en las islas, que suponen el refuerzo del plan de vigilancia de los mosquitos transmisores de la enfermedad y otro serológico que ya se aplican en el Archipiélago.
Respecto al primero, en Canarias se realizan capturas de los insectos todo el año en Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura y del análisis de las mismas se desprende la existencia de poblaciones mayoritarias del mosquito Culicoides obsoletus, principal responsable de la transmisión del serotipo 8 del virus de la lengua azul, enfermedad que afecta a animales procedentes de países de la UE y del norte peninsular.
En cuanto al resultado de los estudios serológicos realizados en Canarias se ha localizado una docena de animales que son potencialmente transmisores de la enfermedad al resto de la cabaña insular.
Así, el operador comercial, que dedica a la compra y venta de animales con fines comerciales inmediatos, deberá comunicar a la Consejería, en un plazo mínimo de siete días, el puerto de destino de los animales y la explotación autorizada donde serán llevados. En esta instalación ganadera deberán permanecer durante un periodo de 72 horas.
Durante este tiempo, los técnicos de sanidad animal decidirán si es conveniente realizar o no actuaciones de control. En caso que no lo estimen necesario, el operador comercial puede trasladar a los animales a la explotación ganadera de destino.
Según la Orden de la Consejería, en los casos que se adopten medidas de vigilancia se procederá a la realización de un censo y verificación de la correspondencia físico-documental de la partida de animales. Otras de las medidas que se realizarán son análisis para determinar si está presente el virus, el mantenimiento de la inmovilización de los animales hasta la obtención de los resultados y el sacrificio obligatorio de los mismos en caso de que las muestras de sangre den positivo.
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