La jornada organizada por Interempresas Media expone las luces y sombras de la RAP de envases
El pasado jueves 30 de octubre se celebró en la sede en Madrid de Interempresas Media un encuentro que reunió a representantes de distintos Sistemas Colectivos de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAPs). Durante la jornada se abordaron los avances, retos y perspectivas de la gestión de residuos de envases en España siguiendo los critrerios de la RAP.
Agradecimientos: María Delgado e Irene García.
La jornada tuvo lugar en las oficinas en Madrid de Interempresas Media.
Mar Cañas, directora del Área de Tecnología y Medio Ambiente en Interempresas Media presentó la jornada, destacando el éxito de la convocatoria y llamando la atención sobre la presencia de Interempresas en decenas de sectores económicos, en los que está presente con revistas en papel, canales sectoriales online, boletines digitales y su empresa especializada en organización de eventos corporativos y sectoriales: Fakoy Events. Esta presencia de Interempresas, remarcó Cañas, facilita que el mensaje de los SCRAPs participantes en la jornada llegue a multitud de actividades económicas, una característica diferencial única en el mercado editorial en español. “Hay mensajes que horizontalmente pueden permear todo ese tejido empresarial al que llegamos. Difundir la crónica de esta jornada en muchos sectores económicos (…) permitirá que vuestro mensaje llegue verticalmente a multitud de empresas”, subrayó.
“Confiamos en ayudaros en vuestra estrategia operativa, consiguiendo que más entidades se adhieran a vuestros sistemas y, además, desde un punto de vista corporativo, remarcar vuestra marca y visibilidad en el mercado”, añadió Cañas, quien dio paso al moderador de la jornada, Eduardo Perero Van Hove, a quien —por ahorrar algo de espacio— citaremos por ahora como director adjunto de la Fundación Conama, aunque su currículo es muchísimo más extenso.
En su primera intervención, Eduardo agradeció a los participantes su participación en la jornada que, no lo habíamos señalado todavía, se celebró bajo el título de ‘Hacia la Responsabilidad Ampliada del Productor: innovación, sostenibilidad y análisis de los SCRAPs’. En ella participaron José Vicente Ronda, director general de la Asociación Española para la Valorización de Envases (Aevae); Fernando Blázquez, gerente de la zona Norte de Ecoembes; Luis Moreno, director general de la Fundación Ecolec; Patricia Herrero, directora técnica y de Operaciones de la Fundación Ecolum; Paula Cinto, gerente de Asuntos Públicos de Ecovidrio; Joan Ros, director general de Envalora; Eduardo de Lecea, director general de Genci; Laura Sanz de Siria, directora general de Implica; Esther Colino, directora comercial de Procircular; Violeta Sánchez, responsable del Área de Empresas de Recyclia; Rocío Pastor, directora general de Sigfito; Román Martin, director de Relaciones Institucionales de Signus Ecovalor, y José Miguel Vendrell, director de Sunrepack, a quienes citamos en orden alfabético de los SCRAPs a los que representan (el mimmo criterio hemos seguido para mostrar los vídeos que acompañan esta crónica), pero que aparecen el texto por orden de intervención en la jornada.
La extensión de las intervenciones, así como el interés de las participaciones, nos obligan a dividir la crónica de la jornada en tres entregas que serán resumidas en el número 124 de FuturEnviro, que se editará a medidados de diciembre.
Perero Van Hove —experto en investigación, diseño y evaluación de políticas públicas; evaluación ambiental estratégica; evaluación de impacto ambiental, y análisis normativo— afirmó que el hecho de que la nueva Directiva de Tratamiento de Aguas Residuales Urbanas (TARU) contemple la aplicación de la RAP puede ofrecer, aunque resulte paradójico, enseñanzas al sector de la gestión y reciclaje de residuos. El director adjunto del Conama también remarcó que el inicio de la actividad de los SCRAPs es un paso más en la puesta en marcha efectiva del principio de quien contamina paga, lo que tiene consecuencias en la política industrial europea, donde el ecodiseño tendrá que jugar un papel muy relevante y en la que las materias primas secundarias cobrarán un rol casi geoestratégico, tal y como sucederá con las materias primas críticas, base de la descarbonización de la economía continental.
La labor que desempeñan los SCRAPs, la cooperación que debe establecerse entre ellos, la transmisión de datos y conocimientos expandiendo sus conocimientos para ayudar a otros actores (económicos, pero también legislativos y ejecutivos) a cumplir sus competencias sin invadirlas, entre otros factores, confirman el peso y la importancia que tienen y tendrán los SCRAPs en la economía europea y nacional.
El primero de los bloques de la jornada estuvo dedicado a la innovación en la gestión de los residuos, que Perero Van Hove dividió en dos niveles: el interno (sistemas informáticos, protección de datos, almacenamiento en la nube) y el externo, entre los que destacan los planes de ecodiseño, las recogidas y la trazabilidad de los residuos, el pasaporte digital… Aprovechando esta enumeración, el director adjunto del Conama, lanzó una pregunta al aire sobre si en España “tenemos un problema nacional de infraestructuras y de dotaciones” para tratar residuos, un asunto en el que la división del Estado en comunidades autónomas, con distintas legislaciones, puede acentuar agravios comparativos.
Fernando Blázquez, gerente de la Zona Norte de Ecoembes.
El primer interviniente, quien tuvo el honor de romper el hielo, fue el director general de Genci, Eduardo de Lecea, que dijo que hay que partir del principio get the basics right (dominar lo básico). “Cuando hablamos de innovación no tenemos que pensar solo en tecnología o en nuevos sistemas de reciclaje. Desde mi punto de vista, la verdadera innovación, hoy por hoy, está en el dato. Para mí, lo más importante ahora mismo es el dato: cómo medimos, declaramos y verificamos realmente que los que se está gestionando se ajusta a la realidad”. El también director general de Sigaus puso sobre la mesa datos que no por conocidos dejan de ser relevantes: “España tiene más de ocho mil municipios y más de cien mil comercios e industrias que generan residuos, así como cientos de gestores de residuos repartidos por todo el territorio nacional”. Esta diversidad territorial y, hasta cierto punto también legislativa, debe dar como resultado “un modelo competitivo, descentralizado, transparente y con normas comunes y, muy importante, con datos comparables”, instó De Lecea.
La competencia, prosiguió De Lecea, dará como resultado “eficiencia, innovación, capacidad de adaptación, pero sin una una regla clara de información, la competencia al final se vuelve opaca”, advirtió, para añadir que “la nueva norma debería exigir que todos los actores —y aquí estoy hablando de todas las partes interesadas: productores, SCRAPs, gestores, poseedores… deberían declarar todos sus datos de manera humanizada conforme a estándares digitales que deben ser comunes y tienen que ser previamente definidos. No se trata, y esto es importante”, matizó, “de crear un sistema único, sino de establecer una interoperabilidad obligatoria. Cada SCRAP o gestor, obviamente, puede tener su propia plataforma, pero los datos deben poder integrarse y deben poder compararse con el resto, garantizando esa trazabilidad y ese control”.
El director general de Genci explicó que “más de hablar de una infraestructura común, deberíamos hablar de un lenguaje común de datos que permita mantener la competencia entre sistemas, pero con una trazabilidad digital sólida que garantice que cada tonelada de residuo está correctamente gestionada. En definitiva, la innovación, además de reciclar más y mejor, es saber con certeza qué se está gestionando, quién lo hace y cómo se hace”, apostillo De Lecea.
El debate, establecido el terreno propuesto por el moderador y con el juego marcado por el director general de Genci, continuó con la intervención de su homólogo en Envalora, Joan Ros, quien centró su primera intervención en una de las obligaciones que deben cumplir los sistemas de responsabilidad ampliada, que es reducir progresivamente la cantidad de residuos que declaran las empresas adheridas a cada SCRAP. “Es decir, ir extinguiéndonos”, bromeó, para añadir que la Administración ha ido cambiando la denominación de las direcciones generales, que han pasado de estar dedicadas a la gestión de residuos para pasar a abordar la Economía Circular, “y es ahí donde la innovación tiene que venir”. En cuanto a la innovación, prosiguió Ros, genera dos impactos positivos, por un lado, “cuando la promueves tienes que centrarte en aquello en lo que logras un mayor impacto. En otras palabras, ¿dónde podemos aplicarla y que sea tangible? Llámese sistemas de reutilización, nuevos modelos, trazabilidad de reutilización de envases…”.
En cuanto a la competencia, Ros dijo que gracias a ella “hemos creado un nuevo sector. Hace poco apenas teníamos uno o dos recursos informáticos a los que podíamos recurrir, y hoy en día son muchas empresas las que están trabajando en todo el ámbito de la digitalización y de nuevos procesos”.
Respecto a la trazabilidad de los residuos, el director general de Envalora, afirmó que aportará grandes beneficios “de cara a la obtención de una materia prima que tenga una trazabilidad absoluta de en qué sector se ha utilizado ese material, de qué manera se ha reciclado y cómo se ha obtenido esa condición de fin de residuo”.
Patricia Herrero, directora técnica de Operaciones de Ecolum.
José Vicente Ronda Matoses, de la Asociación Española para la Valorización de Envases (Aevae), se estrenó en la jornada con una defensa de la labor que desarrollan los SCRAPs, “que somos una fuente de suministro de datos por parte de los productores sobre la innovación (…). Nosotros podemos asesorar, podemos indicar cuál es el camino, cuáles son las normas que tienen que cumplir las empresas adheridas, pero al final el que innova con un envase para que sea altamente reciclable —el que decide si puede ser multicapa o monocapa, que se puedan reciclar correctamente—lo hace el envasador”. Además, los fabricantes de envases también innovan al elaborar envases más fáciles de reciclar”
“Yo estoy de acuerdo con lo que ha dicho José Vicente en el sentido de que efectivamente son las empresas que ponen los envases en el mercado las que tienen que hacer esos desarrollos. Por otro lado, en lo referente a la tecnología de reciclaje, son los gestores los que tienen de su mano la inversión en los procesos para poder reciclar mejor los envases”, intervino Luis Moreno, director general de Fundación Ecolec, quien añadió que “nuestro papel es impulsar en ambos sentidos: hacer de correa de transmisión entre uno y otro para que esa innovación sobre los envases se produzca tanto en un sentido como en el otro”.
Sobre la gestión de los datos, que en su opinión debe ser estandarizada, Moreno apuntó que “nosotros tenemos un papel relevante: la gestión de la información desde que un residuo se produce hasta que es completamente reciclado. Y esa cadena es la que creo que debemos custodiar y debemos trabajar con sistemas de trazabilidad correctos, con sistemas de información interoperables. Creo que por ahí va nuestra capacidad de innovación. Otra cosa es impulsar hacia los lados”. En este sentido, Moreno explicó que “en Ecolec, por ejemplo, para residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE), tenemos un sistema de trazabilidad con etiquetas de lectura electrónica que viene funcionando desde el año 2010 o 2011 y con el que hemos gestionado más de 500.000 toneladas de RAEE. Un sistema que hemos modernizado este año. Nuestro propósito es aplicarlo el año que viene también a envases, a pilas y a otros residuos”.
Paula Cinto, gerente de Asuntos Públicos de Ecovidrio.
“Por nuestra parte”, señaló Fernando Blázquez, de Ecoembes, “estamos de acuerdo en que hay medidas que tienen que tomar las empresas, medidas que tienen que tomar los recicladores, medidas que tienen que tomar los ayuntamientos, pero también es verdad que nosotros sí que asumimos en parte esa responsabilidad”. Ecoembes, prosiguió Blázquez, trabaja en tres áreas: en la operativa, en la de digitalización y en la de ecodiseño. En la primera, el SCRAP está ayudando a las entidades locales a que incrementen sus tasas de recogida, para lo cual estamos desarrollando una herramienta de aportación que tiene en cuenta, no lo que piensa Ecoembes es que es mejor, sino lo que están haciendo las mejores entidades de España para alcanzar la tasa de recogida que están consiguiendo. Es decir, compartimos acciones reales que ya están mostrando su eficacia, acciones que ya están implementadas y cuyos resultados están que están contrastados”.
“En la parte de selección, por ejemplo, estamos colaborando en la creación de plantas de nueva generación. Así, en Amorebieta, Vizcaya, se pondrá en marcha una planta que en lugar de separar los materiales que separamos en la actualidad separará diez, lo que propiciará que su producción se duplique”, anunció Blázquez, quien dijo que, respecto a la digitalización de los datos, “que es fundamental, estamos trabajando en una planta en Navarra, que es una planta 4.0 y que gracias al uso de tecnología blockchain y utilizando inteligencia artificial y que, entre otras posibilidades, nos permite controlar esa planta desde cualquier lugar del mundo con acceso a internet. Esto nos permite conocer datos en tiempo real de esa planta, podemos alimentarla de una manera u otra para que se adapte de la mejor forma posible en el tratamiento y en la eficiencia”.
El ambicioso planteamiento de Ecoembes aspira a llevar esa digitalización al resto de entidades, para que con toda la información que podemos manejar, que hoy en día es mucha y muy aprovechable, podamos integrar —dentro de los residuos de envases domésticos— datos sobre contenedores, rutas, plantas de selección, recicladores, de forma que todo el sistema se coordine y pueda ser más eficiente. Al final será bueno para todos, para las administraciones públicas, para las empresas. Y para nosotros, como SCRAP, tener unos costes lo más ajustados posible, lo más eficientes; además, a nivel ambiental seremos capaces de reducir las nuevas emisiones, que tampoco nos viene mal”.
Blázquez concluyó su primera aportación a la mesa de debate compartiendo con el resto de los participantes otro desarrollo implementado por Ecoembes: una herramienta que a través de inteligencia artificial permite a las empresas que trabajan con este SCRAP ahorrarse un 90% del tiempo que les ocupaba realizar la declaración de envases. El penúltimo ejemplo de este tsunami de novedades tecnológicas de Ecoembes, en esta ocasión aplicado a la prevención, fue un breve esbozo sobre el observatorio ‘Envase del Futuro’, en el que las empresas adheridas, más de 24.000, pueden analizar más de 1.800 medidas de innovación. Y, ya por fin, Blázquez hizo referencia a Circular Check, que indica si los envases se ajustan al estándar de reciclabilidad que establece la normativa para 2030, que será la que limitará si un envase podrá comercializarse o no.
La directora general de Implica, Laura Sanz de Siria, señaló que “muchas veces los planes empresariales de prevención, por no complicar la existencia de las empresas, por no meterse donde no les llaman… son tan sencillos que no valen nada. Y eso no es culpa nuestra es responsabilidad de las empresas que no quieren que les compliquemos la vida”. Esta realidad, propuso San de Siria, deberíamos elaborar “planes un poco más complejos de lo que las empresas quisieran, aunque no tanto como nosotros querríamos”.
La directora general de Implica coincidió en que hay que establecer unas reglas de juego comunes que, aunque no estén contempladas en la legislación, como sucede con la ecomodulación. “A muchos se les llena la boca con la ecomodulación pero debe realizarse de manera correcta, ya que es la única herramienta que tenemos para poder presionar a las empresas y que así que vayan en la línea correcta; siempre, por supuesto, de su mano”.
"Sobre la trazabilidad, hay ocasiones en las que algunos clientes no quieren dar toda la documentación que necesitamos, pero es que, si no la recibimos, no tenemos la trazabilidad”. Por tanto, si no tenemos las mismas reglas de juego, si no siempre tenemos toda la documentación correcta, y si no se lleva a cabo una correcta trazabilidad del dato, al final ofreceremos datos redundantes, repetidos”, alertó.
Violeta Sánchez, de Recyclia, constató que “hay empresas que todavía están preguntándose si la RAP les afecta y empresas que llevan haciendo ecodiseño treinta años”, por lo que los SCRAPs debemos ajustarnos a velocidades muy diferentes y a necesidades muy distintas. Y tenemos que hacerlo, tenemos que adaptarnos a esas distintas realidades mediante el acompañamiento y ser cada vez más ambiciosos”.
Respecto a los planes, Sánchez auguró que lo más lógico es que se termine apostando por planes sectoriales, “porque no tiene sentido hacerlo de otra manera, sobre todo en determinados sectores”. Sobre la innovación, el análisis de datos y la aplicación de tecnologías como la IA o el IoT, afirmó que son particularmente útiles para la coordinación de los SCRAPs y el cumplimiento de los objetivos marcados, puesto que “el control del fraude es relativamente sencillo con mecanismos de control de frontera, como se están haciendo en aparatos eléctricos y electrónicos y en baterías. Es decir, estos métodos ya existen, no es necesario inventar la rueda, lo que hay que hacer es aplicar las herramientas que existen para coordinar y evitar que esa financiación no se produzca como se tiene que producir”.
Sánchez prosiguió su exposición hablando sobre la declaración de envases, en las que “herramientas de IA pueden ayudarnos a verificar si las cuentas anuales de un productor, pueden ser más o menos sensatas respecto a las declaraciones que están presentando. Y esas herramientas que se están poniendo sobre la mesa nos pueden dar una visión de mayor confianza en el dato que estamos utilizando a la hora de mediarlos. Y también con respecto al fraude de los productores que están cumpliendo con la norma y demás”. Este control, prosiguió, se debe llevar a cabo “en todas las etapas: desde la recogida con control de llenado, con incentivos al usuario final para que deposite el residuo. Ahí la innovación incide o tiene impacto en todas las etapas de la gestión del residuo y en todas las etapas de la gestión del SCRAP”.
“Tenemos que entender que el SCRAP va más allá de un mero financiador o un gestor de residuos o un coordinador. Es que estamos en el centro de la cadena de valor. Y yo sí que creo que tenemos mucho que decir en la parte de diseño y en la parte de gestión, porque tenemos esa visión de coordinación entre todas las partes y, además, tenemos la posibilidad de sentar a los sectores en una mesa y que ellos compartan —obviamente, lo que quieran compartir—iniciativas y, también, hablar, como lo estamos haciendo hoy, entre nosotros, con otras iniciativas de lo que se está haciendo en Portugal, en Bélgica, en Francia… Es decir, que yo sí que creo que somos un impulso y que el SCRAP es una herramienta de economía circular, no de gestión de residuos, que eso también es importante. Y para eso hay muchas herramientas que ya se están utilizando que tenemos que normalizar y que introducir en la actividad normal del SCRAP, incluso en la parte de gestión de residuos, y que hay experiencias piloto que se están haciendo incorporando institutos técnicos, plantas de tratamiento y productores concretos que luego se pueden extrapolar en la actividad estándar o normal del SCRAP”.
La directora comercial de Procircular, Esther Colino, apuntó que “la situación del envase doméstico y del envase comercial industrial, gestión municipal frente a gestión privada, requiere cosas distintas. En el ámbito de la gestión privada, comparto plenamente que el rol de los SCRAPs. De hecho, creo que la RAP ha llegado, para empezar, para tener datos fidedignos y fiables de cuántos envases se están recuperando y para que haya una trazabilidad real en toda la cadena de valor de la gestión del residuo. Y luego hay un segundo elemento en el que los SCRAP debemos jugar un papel importante, que lograr que aquellos poseedores finales que no lo estén haciendo bien, lo hagan bien. Y en este aspecto tenemos que ser impulsores”.
Esther Colino, directora comercial de Procircular.
Otra variable a la que hizo referencia Colino fue la reutilización, “ya que el reglamento europeo nos va a llevar hasta ahí: a la verdadera reutilización, por lo que se tendrá que producir un fuerte impulso hacia envases reutilizables, entendiendo por reutilizable lo que la norma dice que es reutilizable, no lo que hasta ahora el mercado interpreta que es reutilizable”.
La directora comercial de Procircular también abordó la gestión de los envases domésticos, un área en la que “hay dos elementos que yo creo que serán fundamentales en los próximos años. El primero es la implantación del sistema de depósito para bebidas, que nos llevará a tener nuevas infraestructuras desde un punto de vista operativo, como las plantas de conteo. Además, nos obligará a replantear toda la infraestructura de gestión del residuo que se deposita en el contenedor amarillo, porque va a estar sobredimensionada, lo que abre una oportunidad para agrupar infraestructuras, tratar de tener plantas más grandes y eficientes en costes como tienen en otros países europeos”.
“Siendo este un debate difícil y complicado, Fernando”, dijo Colino refiriéndose al representante de Ecoembes, “hay que abrirlo, hay que ponerlo encima de la mesa y hay que mover en ese sentido a todos los actores y a las administraciones públicas para conseguir que este punto de inflexión que supone el SDDR nos genere también aspectos positivos en cuanto a la gestión del resto de los envases que se siguen quedando en el contenedor amarillo”.
El futuro reglamento europeo, subrayó Colino, “nos lleva claramente hacia la prevención, hacia el ecodiseño. Y uno de los elementos que establece el reglamento es que en 2030, si tu envase no es reciclado de una manera efectiva en un 70%, no lo vas a poder poner en el mercado. Por lo tanto, hay muchos sectores que ya empiezan a estar muy preocupados porque le ven las orejas al lobo y dicen que ‘en cinco años, como no estemos reciclando de manera efectiva y en unos porcentajes elevados, pues vamos a tener que cambiar nuestro packaging’. Por lo tanto, yo creo que esto va a suponer un impulso tremendo al ecodiseño y no solo al ecodiseño en la parte que pueden hacer las empresas, sino en qué podemos hacer los SCRAP para recuperar esos residuos que a lo mejor ahora no se están recuperando. Porque son responsabilidades ya a nivel empresa, ya no vale solamente con cumplir los objetivos por material, es que hay que resolverlo a nivel sectorial y a nivel casi empresarial. Por lo tanto, yo creo que estos son los grandes retos en clave externa en los que tenemos que innovar en los próximos años”.
Violeta Sánchez, responsable del Área de Empresas de Recyclia.
Rocío Pastor, directora general de Sigfito, dijo echar en falta —en una opinión compartida por el resto de la mesa—“la participación de la Administración en muchas ocasiones para que esas reglas comunes sean realmente comunes y que todos tengamos una misma interpretación, porque lo que estoy viendo es que cada uno interpreta una cosa, la administración se calla y no ice ni pío. Al final todos estamos contabilizando los envases, y en el futuro veo que todo esto —si no hay un cambio— va a dar como resultado que vamos a reciclar un 120% de los envases puestos en el mercado, pero quedarán un montón de envases sin recogerse. Esa es la visión que yo tengo en este momento; es así de negativa, pero es así”.
Pastor señaló que en lo que afecta a la innovación los SCRAPs “tenemos un papel de correa de transmisión. No estoy de acuerdo con que la innovación la hagan las compañías. La hacen las compañías, pero nosotros servimos para que las compañías grandes la transmitan a las pequeñas y lo transmitan al poseedor. Nosotros hacemos de correa de transmisión con el gestor y los reunimos y le decimos al gestor, ‘oye, ¿qué tienen que hacer las empresas para que tú recicles mejor?’. Ese tipo de cosas, si no estuviéramos nosotros, no se harían. Y todo ello, sin olvidar un tema para mí muy importante que creo que no habéis nombrado: somos entidades sin ánimo de lucro. Nuestro objetivo es el reciclado. Es la economía circular. Es que esto funcione. No es ganar dinero. No es recoger lo más barato. Es un ánimo por la sostenibilidad y por la economía circular. Para mí eso es absolutamente fundamental”.
Además de su queja sobre el papel de la Administración, Pastor dijo echar de menos en muchos foros a los gestores, así como el papel que tienen que jugar las administraciones con los gestores. La parte final de la primera intervención de Pastor puso el foco en poseedores finales, a los que “no me voy a cansar de decirles que la norma ha cambiado. Ahora el productor del producto es quien paga, por lo que el poseedor final debe tener el servicio gratis, ya que lo está pagando cuando compra el producto. Así que tiene que reclamarlo. Así que a quien lo haga mal, hay que decirle que lo haga bien, pero que lo haga. Y nosotros tenemos que decirles a las empresas que lo paguen. Esa es mi visión”, apostilló.
Rocío Pastor, directora general de Sigfito.
José Miguel Vendrell, de Sunrepack, quien puso el acento en el papel que juegan y jugarán los gestores de residuos, avanzó que será necesario contar con plantas de clasificación con nuevas tecnologías para así reducir la cantidad de residuos que termina en vertederos o en procesos de valorización energética. También se mostró partidario de buscar el apoyo de institutos tecnológicos para poder elaborar productos que incorporen el ecodiseño, un aspecto que, lamentó, encarece este tipo de envase frente a otros que recurren a materia prima virgen. En cuanto a los fabricantes, “hay que intentar que elaboren los envases con material reciclado que pueda ser reciclado de nuevo (…) ya que están saliendo al mercado muchos envases baratos que el gestor de residuos no puede reciclar”.
Paula Cinto, de Ecovidrio, destacó la visión global que tiene el SCRAP gracias a operar como eje central de todo el ecosistema de la cadena de reciclado del vidrio. Esa posición, destacó, “nos permite trasladar información y ayudar a cada uno de los actores participantes, desde los fabricantes de los envases, a las empresas, los productores, los recogedores, recicladores, etcétera”. Respecto a la innovación en prevención, destacó el apoyo que dan a las empresas “mediante la elaboración de planes empresariales de prevención, en los que acumulamos años de experiencia. También hemos desarrollado planes de ecodiseño sectoriales, que incluyen recomendaciones y buenas prácticas para ayudar a que todas las empresas puedan mejorar la sostenibilidad de sus envases, especialmente las pequeñas, que no siempre tienen la capacidad o los recursos para poder aplicar estos métodos. Entonces si les facilitas el trabajo, les estás ayudando mucho a conseguir este objetivo”.
Cinto reconoció que la facilidad del vidrio para ser reciclado, así como la tradición que hay en la separación por parte de ciudadanos y comercios, logran elevadas tasas de recuperación. Otra característica diferencial de Ecovidrio es la recogida directa, “lo que permite tener datos desde hace años y controlar más aún la recogida: dónde se ubican los contenedores, las toneladas recogidas…, logrando así mejorar la eficiencia de las rutas de recogida, entre otros beneficios”.
Sobre la capacidad de reciclar vidrio, la gerente de Asuntos Públicos de Ecovidrio mostró su satisfacción por las infraestructuras que operan en España, que “están bastante bien dimensionadas”, algunas de las cuales incorporan tecnología que permiten recuperar las mermas del proceso, para volver a reintroducirlas en el proceso. Finalmente, Cinto abordó el asunto de la interoperabilidad, “no solo entre SCRAPS o entre SCRAPS y administraciones públicas a nivel nacional autonómico, sino también a nivel europeo. En este terreno se está trabajando en el acto de ejecución del registro europeo de productores, lo que establecerá un reto que todos los países y todos los SCRAPS; es decir, todos los registros nacionales, ofrezcamos la información de la misma manera para poder comparar los datos. (…) La armonización —tener todos los mismos reglas y los mismos datos— es fundamental para poder avanzar y poder comparar”, concluyó.
Román Martín, director de Relaciones Institucionales de Signus.
Patricia Herrero compartió con los asistentes la experiencia que Ecolum atesora en la gestión de los residuos de bombillas, lámparas y luminarias en los más de 20 años de actividad del SCRAP, durante los cuales la incertidumbre provocada por los cambios legislativos no ha desaparecido, en parte por la aparición de nuevas legislaciones, en parte por la indefinición de la aplicación de las vigentes, tal y como sucede con los controles en frontera, en aduanas, de los que todavía tenemos flecos a pesar de su implantación en 2023. La labor desempeñada por los grupos de trabajo, que facilitan la puesta en común de ideas y propuestas, fue valorada muy positivamente por Herrero, quien añadió que ese tipo de foros pueden ayudar en el camino que tienen que recorrer con los envases sus compañeros en la mesa de debate.
En cuanto a los envases, Ecolum también “estamos asesorando a las empresas adheridas a nuestro sistema, pero lo estamos haciendo en colaboración con otra entidad”, Implica, que es “la que nos marca el paso en ese sentido, pero es importante que penséis que la incertidumbre nos acaba y que ahí, bueno, pues ahora mucho que hablar”.
Herrero hizo referencia al proyecto, que ya es una realidad extendida en el sector, del Índice de Reciclabilidad puesto en marcha por Ecolum, que pone en contacto al productor de las luminarias con el gestor de residuos, un dato que “se está pidiendo incluso en algunas licitaciones públicas, lo que demuestra la colaboración que hemos alcanzado con la administración, algo que nos ha costado mucho esfuerzo y tiempo”. En este sentido, prosiguió, “hay administraciones que siempre son más proactivas y otras con las que cuesta más que te escuchen”. El éxito del Índice de Reciclabilidad de Ecolum queda corroborado por el hecho de que desde UNE se han interesado en el proyecto para intentar normalizarlo y que se transforme en una norma. Con esto quiero destacar que podemos sentar precedentes, que podemos establecer pasos que nos permitan avanzar”.
Herrero también llamó la tención sobre la utilización de la inteligencia artificial, que Ecolum ha implantado entre sus socios “para cumplimentar las declaraciones, y cerca del 80% de las que hacen los productores han sido realizadas por un asistente virtual que les ayuda y les hace los trámites en 10 segundos. Es una cosa brutal. Tenemos una capacidad para innovar tanto internamente como a nivel sector que es fundamental y que yo creo que tenemos que aprovechar”.
José Miguel Vendrell, director de Sun Repack.
En este primer bloque de la jornada, originalmente previsto para debatir acerca de la innovación y la aplicación de las nuevas tecnologías que optimizan el desarrollo de la RAP, el último ponente en intervenir fue el director de Relaciones Institucionales de Signus, Román Martín, quien enfocó su participación desde la perspectiva del flujo de residuos de los neumáticos fuera de uso, sobre los que se aplica “una nueva normativa que se aprobó en el mes de agosto, que se ha adaptado a la Ley 7/2022 y que establece un marco normativo más ambicioso, con un objetivo de incremento de reciclado hasta 2035 de 15 puntos porcentuales. Además, tal y como sucede con el resto de flujos de residuos, se da prioridad a la reutilización y, evidentemente, una reducción de la valorización energética”, explicó.
Como el resto de los participantes, Román Martín consideró fundamental disponer de datos que aseguren la trazabilidad, entre otros motivos porque es necesaria para comunicarnos entre sistemas colectivos, así como entre ellos y la administración. "Aunque tengamos los epígrafes claros y concretos puede haber interpretaciones diferentes sobre qué dato incluir por parte de un sistema colectivo u otro. Es fundamental que exista una claridad y una puesta en común con la administración para estos asuntos", alertó.
En Signus, la innovación se está enfocando en la búsqueda de soluciones de valorización del residuo, en buscar aplicaciones para los materiales que contienen los neumáticos (caucho, acero y fibras textiles). “Donde más problemas nos encontramos es con el caucho, que no se puede utilizar para fabricar neumático nuevo, porque está vulcanizado, por lo que tenemos que encontrar alternativas de reciclado diferentes a la fabricación del producto nuevo. Para que os hagáis una idea”, dijo Román Martín, son 200.000 toneladas al año que gestionamos de neumáticos, de las que un 55% es caucho. El hecho de que caucho con un tamaño inferior a los 5 milímetros sea considerado microplástico, ha propiciado la prohibición de la comercialización de este producto a partir del 17 de octubre de 2031, con un periodo transitorio de dos años. Así que nos que tenemos que buscar aplicaciones para utilizar 50.000 toneladas anuales de caucho usado”.
Uno de esos posibles destinos podría ser facilitado por el reciclado químico de plásticos, pero la evolución de esta tecnología “está siendo mucho más lenta de lo esperado. Nosotros siempre hemos pensado en obtener materia prima a partir del reciclado químico, ya que con el reciclado mecánico tenemos esta limitación que provoca la vulcanización del caucho los neumáticos, que impide su reutilización, y la prohibición de comercializar caucho con un diámetro inferior a los 5 milímetros. A pesar de que muchos informes de la Unión Europea auguraban que se iba a avanzar más rápidamente en el reciclado químico, lo cierto es que no está siendo así", lamentó.
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