El sector del ovino lechero de Castilla y León se encuentra a la espera de que se publiquen por parte del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) los datos oficiales de producción de leche de oveja de los meses de marzo, que probablemente serán públicos en los próximos días, y posteriormente abril. Una confirmación del descenso en la producción, que ya ha sido del 6,8% durante los meses de enero y febrero, podría modificar los precios del mercado antes del verano, particularmente los que se encuentran más bajos, con algunas subidas en los precios.
En la actualidad, la disparidad de cotizaciones sigue siendo la nota dominante respecto a lo que ocurre en el mercado. La mayor parte de los precios se sitúan entre 6,31 y 6,61 euros por hectogrado, es decir, de 10,50 a 11 pesetas por grado de extracto quesero (suma de los porcentajes de grasa y proteína). Sin embargo, entre algunas industrias que pagan los precios más bajos se ha generalizado el hecho de ser menos estrictos con las penalizaciones del precio, mientras que se han aplicado de forma más generosa las bonificaciones, con el objetivo de provocar un aumento ‘artificial’ del precio de la leche sin moverse del precio base.
A pesar de que buena parte de los ganaderos cuenta con contratos anuales y un calendario anual de precios ya fijado, en el sector se comienza a dar por hecho que un nuevo descenso importante en la producción de la leche de oveja provocaría a
ciencia cierta que los precios más bajos subirían incluso antes de los meses de julio y agosto, colocándose la mayoría de las cotizaciones en el entorno de los 6,61 euros por hectogrado (11 pesetas por grado).
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