El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) ha presentado una guía para la detección de síntomas de la viruela ovina y caprina en una explotación. Así, las observaciones clínicas y/o patológicas en animales susceptibles (ovinos y caprinos) son las siguientes:
- Fiebre, abatimiento, polipnea, conjuntivitis, lagrimeo, rinitis, edema de los párpados, fotofobia, erupción cutánea que comienza con zonas eritematosas, particularmente visible en las partes del cuerpo sin pelos o sin lana, tales como el periné, la zona inguinal, el escroto, la ubre, el hocico, los párpados y las axilas, lesiones que se transforman en pápulas.
- Forma papulovesicular. Las pápulas adquieren un color gris blancuzco, se desecan y forman costras que pueden ser sacadas fácilmente. Las pápulas pueden transformarse raras veces en vesículas. Después de la ruptura de las vesículas, una costra gruesa cubre las lesiones.
- Forma nodular (‘stone pox’). Las pápulas producen nódulos que afectan todas las capas de la piel y del tejido subcutáneo. La necrosis y la caída de los nódulos deja una cicatriz sin pelo.
- En ambas formas se desarrollan nódulos en los pulmones, provocando bronconeumonías con tos, secreciones nasales abundantes, abatimiento, anorexia y emaciación.
- Los animales pueden recuperarse entre 20 y 30 días. La muerte es frecuente cuando se producen complicaciones.
También tienen importancia las observaciones epidemiológicas, en el caso de que los animales de las especies sensibles hayan estado en contacto directo o indirecto con una explotación que haya estado infectada con viruela ovina y caprina. También cuando estos animales se mantienen en régimen de semilibertad en una zona en la que se haya declarado algún caso de la enfermedad.
Por último, están las observaciones derivadas de los resultados de pruebas diagnósticas.
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